EL PAÍS (Editorial del 9 de mayo 2023)

Ayer lunes se conmemoró en Collioure y Argelès-sur-mer, en Francia, el Día de Recuerdo y Homenaje que establece por primera vez con carácter oficial la Ley de Memoria Democrática con diversos actos en recuerdo de quienes salieron de España empujados por la derrota republicana de 1939 ante las tropas franquistas y a la vez por la represión desatada por un régimen que hizo de la violencia de Estado una de sus señas de identidad. No es el primer año en que se celebra ni es la primera vez que un jefe de Gobierno rinde homenaje al exilio: lo hizo el propio Pedro Sánchez en 2019 ante la tumba de Antonio Machado en el cementerio de Collioure.

Sí es la primera vez que el homenaje se acoge a una ley que establece el 8 de mayo como día oficial del exilio y parte central de la deuda democrática con los derrotados que huyeron para salvar sus vidas, tanto si regresaron con los años como si no lo hicieron. Solo desde la plenitud del reconocimiento del medio millón de españoles que lo padecieron cabe abrir la mirada hacia la diversidad de una experiencia que fue plural por definición y que incluyó una inmensa variedad de peripecias biográficas: no fue lo mismo el exilio de los combatientes que cambiaron los campos de batalla españoles por los de Europa, y mantuvieron en ellos la lucha contra el fascismo y el nazismo, que el exilio de quienes huyeron a pie por la frontera francesa en condiciones de precariedad dramáticas.

Hoy los exiliados no son sujetos desconocidos ni nadie se asombra de que un instituto o una biblioteca lleve el nombre de uno de ellos —de María Zambrano o Luis Cernuda, de Arturo Barea o Juan Ramón Jiménez—. Tampoco es ya extraño que paradójicamente la mayoría de la población ignore sin querer la cualidad de exiliado de un escritor, un pintor, un arquitecto o un escultor. Algunos no sabrán que algunos de ellos no regresaron hasta después de la muerte de Franco y que muchos otros pudieron volver antes de la desaparición física del dictador. No hay una experiencia típica o modélica de buen exiliado y algunos, e incluso mucho de ellos, lograron rehacer sus vidas lejos de la tierra quemada que el franquismo impuso como política de Estado. Volver del exilio y regresar de inmediato al exilio fue una experiencia tan común como lógica para quienes lograron rehacer sus vidas lejos de la dictadura franquista.

El reconocimiento por ley de un Día del Exilio eleva la calidad democrática de un Estado al incorporar a ese día a todos los exilios: el de los combatientes, el de los derrotados incurablemente atrapados en la nostalgia y el de quienes supieron rehacer sus vidas fuera de España en territorios libres como México, como Francia, como Reino Unido, como Italia o como Estados Unidos. La razón democrática cuaja en la identificación minuciosa y agradecida de cada una de esas experiencias. De hecho, lo que más se parece a la pluralidad de vidas que engendraron la derrota y el exilio es la pluralidad de la actual España democrática.

https://www.exiliadosrepublicanos.info/es/historia-exilio

Aquella guerra iniciada en 1936 tuvo su cenit con la derrota republicana en abril de 1939, consecuencia de la misma y a medida que la las tropas franquistas iban tomando Cataluña, el 15 de enero tras la caída de Tarragona, se inicia un exilio masivo cuya desgarradora marcha protagonizó las carreteras catalanas que conducían a Francia.

Conformaron aquella huída desesperada mujeres, ancianos, niños, soldados e discapacitados que “huían empujados por el miedo físico o psicológico de los últimos momentos de una guerra perdida”.

La huida masiva conllevó una serie de elementos desgarradores entre los cuales el continuo bombardeo de la población en retirada, las inclemencias del tiempo aguzado por un frío invierno, el abandono de los enseres personales por el camino y lo que aquello significaba para muchas personas, mujeres especialmente, quienes dejaban tirada en la cuneta los recuerdos de toda una vida.

El hambre, la separación de las familias por las autoridades francesas tras el cruce de la frontera, así como un futuro incierto tras el paso de la misma, fueron los elementos que impregnaron una experiencia del exiliado marcando un antes y un después para muchos de ellos y, en definitiva, dando lugar a lo que sería una memoria colectiva del exilio.

Literatura española del exilio

Extractado de Wikipedia

La literatura española del exilio es la literatura producida por escritores republicanos españoles que se exiliaron a raíz de la guerra civil española(1936-1939).

Esta producción literaria muchas veces hace referencia a las experiencias sufridas durante la guerra civil, a la nostalgia por España.

Novelistas

Poetas

Bibliografía

  1. "El exilio republicano de 1939" de Francisco Espinosa Maestre.
  2. "El exilio español de 1939: una historia coral" de Ángel Viñas.
  3. "El exilio republicano español en México" de Margarita Ortega López.
  4. "El exilio español en Francia durante la Segunda Guerra Mundial" de Joan Villarroya i Font.
  5. "Memoria del exilio republicano español en Francia (1939-1958)" de Carles Sudrià.
  6. "El exilio republicano español en Argentina" de Graciela Batticuore.
  7. "La cultura en el exilio republicano español" de Carmen González Martínez.
  8. "Los intelectuales en el exilio republicano español (1939-1975)" de Manuel Aznar Soler.
  9. "Exilio y cultura: el exilio republicano español en México" de Ana María Alba Villalobos.
  10. "El exilio español en América" de Paul Preston.
  11. "Los Republicanos Españoles en Francia: de la guerra civil al exilio" de Alfonso Pinilla García.
  12. "La república en el exilio: política, cultura y medios de comunicación" de Julio Aróstegui.
  13. "El exilio de los Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial" de Sergi Castillo.
  14. "Exilio y literatura: la creación en el exilio republicano español de 1939" de Juan Cano Ballesta.
  15. "México, destino del exilio republicano español" de Carlos Navarrete Cazales.
  16. "Los exilios republicanos de 1939" de Encarnación Barranquero Texeira.
  17. "El exilio español de 1939 en la literatura" de Víctor Fuentes.
  18. "Los exiliados españoles y la Revolución cubana" de Félix Julio Alfonso López.
  19. "Exilio y memoria: la emigración republicana española en México" de Marisa Pérez-Fernández.
  20. "El exilio cultural español de 1939" de Luis García Montero.