Antonio Machado, poeta, escritor e intelectual andaluz, murió en Cotlliure en febrero de 1939, tras haber huido al exilio después de la derrota de los republicanos en la Guerra Civil española. Al principio perteneció al movimiento literario del Modernismo, pero más tarde fue miembro de la Generación del 98.Antonio Machado (1875-1939) es una de las figuras más relevantes de la literatura española y un representante fundamental de la Generación del 98. Su poesía, caracterizada por la introspección, la melancolía y la reflexión filosófica, ha dejado una huella indeleble en la cultura hispana.
Vida y Trayectoria
Nació en Sevilla en 1875, en una familia con una marcada inclinación por la cultura y la educación. En su juventud, se trasladó a Madrid, donde estudió en la Institución Libre de Enseñanza, un centro que promovía el pensamiento crítico y la modernización del sistema educativo español. Más tarde, trabajó como profesor de francés en varias ciudades de España, entre ellas Soria, Baeza y Segovia. Fue en Soria donde conoció a su esposa, Leonor Izquierdo, cuyo prematuro fallecimiento marcó profundamente su obra.
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El Exilio y la Huida a Francia
Entre el 28 de enero y el 10 de febrero de 1939, más de 100.000 españoles, hombres, mujeres y niños, pasaron por la estación francesa de Cerbère, forzados al exilio después de tres años de lucha contra el franquismo. Entre ellos estuvieron Antonio Machado, su madre, Ana Ruiz, su hermano José y Matea, la esposa de éste. Apenas unas semanas después, el 22 de febrero, miércoles de ceniza, el poeta moría en la cama de un modesto hotel del pueblo marinero de Collioure, en cuyo cementerio fue enterrado al día siguiente.
Un río humano se desborda en vueltas sin atajos
mientras busca una desembocadura en la frontera francesa.
Ligeros de equipaje, sin volver la vista atrás, Antonio y Ana
marchan cansinamente cogidos del corazón.
Ancianos ya los dos, van tirando, como pueden,
de sus cuerpos en demolición.
A su lado, caminan a paso lento José y Matea,
con la vista puesta en las hijas ausentes.
Y sin perderlos de vista a todos ellos,
Corpus Barga, el buen cireneo.
Avanzan arrastrados por una muchedumbre desvencijada
que se dirige, vértigo a vértigo, al incierto mañana del destierro.
Cae la noche como un pesado telón de hambre, fatiga y tiritona,
y se adentra en la madrugada con su negra escarcha de soledumbre.
Cruzan la frontera bajo una lluvia torrencial
que parece derrumbar el firmamento.
No encuentran compasión ni consuelo,
sino la fría mirada de los gendarmes: ¡Allez, allez!
Buscan refugio en un destartalado vagón,
arrumbado en una vía muerta del tren.
¿Cuándo llegaremos a Sevilla?
Llegan a Collioure: despojados de todo, desnudos de esperanza.
El poeta ya no espera, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Abatidas por el cansancio y la desventura las agujas de la rebeldía,
los días transcurren ya al compás de la resignación.
Antonio apenas sale de la habitación del hotel,
tan solo quiere ver el mar por última vez.
Se acerca a la playa sin nadie, se quita el sombrero
y se deja lamer la frente por una brisa quebrada.
Apenas piensa, sola-mente escucha respirar el agua en su jadeo de guijarros
y siente clavados en los suyos los desolados ojos del horizonte.
Todo pasa y todo queda.
Pasa el recuerdo como un harapo de la memoria,
queda la nota arrugada en el bolsillo de su chaqueta:
Estos días azules y este sol de la infancia.
Por mucho que valga el hombre,
nunca tendrá valor más alto que el de haber sido niño.
Y en un día como tantos, jueves, 23 de febrero de 1939,
descansó bajo la tierra.
Buena gente, en el buen sentido de la palabra buena.
Acaso, el mejor de los buenos.
Publicado en la revista digital: Hoyesarte. Autor: José González Núñez
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La obra de Machado evolucionó desde un simbolismo inicial hasta una poesía más filosófica y comprometida con la realidad social. Entre sus obras más destacadas se encuentran:
- "Soledades, galerías y otros poemas" (1907): Refleja la introspección y el modernismo simbolista.
- "Campos de Castilla" (1912): Su libro más conocido, donde plasma su amor por la tierra castellana y una crítica a la situación de España.
- "Nuevas canciones" (1924): Una recopilación de poemas con una mayor carga filosófica y aforística.
- "Juan de Mairena" (1936): Una obra en prosa donde desarrolla su pensamiento a través de un personaje ficticio que reflexiona sobre la educación, la literatura y la política.
Selección de poesías
Caminante, no hay camino
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Orillas del Duero
Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
Girando en torno a la torre y al caserón solitario,
ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,
de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.
Es una tibia mañana.
El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.
Pasados los verdes pinos,
casi azules, primavera
se ve brotar en los finos
chopos de la carretera
y del río. El Duero corre, terso y mudo, mansamente.
El campo parece, más que joven, adolescente.
Entre las hierbas, alguna humilde flor ha nacido,
azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido,
y mística primavera!
¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera,
espuma de la montaña
ante la azul lejanía;
sol del día, claro día!
¡Hermosa tierra de España!
Anoche cuando dormía
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
Retrato
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;
mas recibí la flecha que me asignò Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñò el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansiòn que habitò,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Preludio
Mientras la sombra pasa de un santo amor, hoy quiero
poner un dulce salmo sobre mi viejo atril.
Acordaré las notas del òrgano severo
al suspirar fragante del pífano de abril.
Madurarán su aroma las pomas otoñales;
la mirra y el incienso salmodiarán su olor;
exhalarán su fresco perfume los rosales,
bajo la paz en sombra del tibio huerto en flor.
Al grave acorde lento de música y aroma,
la sola y vieja y noble razòn de mi rezar
levantará su vuelo süave de paloma,
y la palabra blanca se elevará al altar.
La saeta
Dijo una voz popular:
«Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?»
Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.
Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores
!Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!
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Generación del 98: principales Autores y Obras
- Miguel de Unamuno (1864-1936): Autor de ensayos, novelas y poesía. Su obra más emblemática, Niebla (1914), introduce el concepto de "nivola" y explora cuestiones existenciales y metafísicas.
- Pío Baroja (1872-1956): Novelista prolífico cuya serie La lucha por la vida refleja la dura realidad social de España. El árbol de la ciencia (1911) es una de sus novelas más importantes.
- Azorín (José Martínez Ruiz, 1873-1967): Destacado por su prosa impresionista y sus reflexiones sobre España. Su obra La voluntad (1902) es una de las más representativas del grupo.
- Ramón del Valle-Inclán (1866-1936): Conocido por desarrollar el esperpento, un género que deforma la realidad con una mirada crítica y grotesca. Su obra Luces de bohemia (1920) es un referente en la literatura española.
- Ángel Ganivet (1865-1898): Ensayista y novelista precursor del 98, con obras como Idearium español, donde reflexiona sobre la identidad nacional.
- Jacinto Benavente (1866-1954): Dramaturgo y Premio Nobel de Literatura, destacó por su teatro realista y satírico, con obras como Los intereses creados.
- Carlos Arniches (1866-1943): Dramaturgo conocido por su teatro costumbrista y sainetes que reflejan la vida madrileña, como La señorita de Trevélez.
- Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928): Novelista y periodista con una narrativa social y realista; su obra más conocida es La barraca.
- José María Gabriel y Galán (1870-1905): Poeta que exaltó las costumbres rurales de Extremadura y Castilla en sus versos cargados de regionalismo.
- Manuel Gómez-Moreno (1870-1970): Historiador y arqueólogo, estudió el arte y la epigrafía hispana, con gran influencia en la historiografía española.
- Miguel Asín Palacios (1871-1944): Arabista y teólogo, investigó la influencia de la filosofía islámica en la cultura española, destacando La escatología musulmana en la Divina Comedia.
- Serafín Álvarez Quintero (1871-1938) y Joaquín Álvarez Quintero (1873-1944): Hermanos dramaturgos que cultivaron la comedia costumbrista andaluza, con obras como El genio alegre.
- Antonio Machado (1875-1939): Poeta esencial del 98, su lírica refleja la nostalgia y el paisaje castellano, con libros como Campos de Castilla.
- Francisco Villaespesa (1877-1936): Poeta modernista con una obra influenciada por el simbolismo y orientalismo, como El alcázar de las perlas.
- Carmen de Burgos (1867-1932): Escritora y periodista pionera del feminismo en España, con ensayos y novelas como La malcasada.
- Consuelo Álvarez Pool ("Violeta") (1867-1959): Periodista y feminista, destacó en la prensa con artículos que defendían los derechos de la mujer.
- Concha Espina (1869-1955): Novelista que abordó temas sociales y rurales, con obras como La esfinge maragata, que retrata la vida en la España profunda.
Influencias y Legado
La Generación del 98 estuvo influida por diversos movimientos literarios y filosóficos. En literatura, recibieron la herencia del Romanticismo y el Modernismo, aunque pronto evolucionaron hacia un estilo más sobrio y reflexivo. En filosofía, las ideas de Schopenhauer, Nietzsche y Kierkegaard marcaron la visión existencial y la búsqueda del sentido de la vida en sus obras.
El impacto de la Generación del 98 se extendió más allá de su tiempo, influyendo en escritores posteriores como los miembros de la Generación del 27. Su legado sigue vigente, y su reflexión sobre España y la condición humana continúa siendo objeto de estudio y admiración.