Les Bouquinistes de París
He salido del hotel muy temprano, sin desayunar. Ya tomaré algo en alguna de las estupendas cafeterías de París. Me dirijo hacia el Sena. Una brisa fría y húmeda viene del río y
Edith Piaf. El pequeño gorrión de París
—He venido hasta aquí buscando tu ternura y tus caricias. Tus abrazos que me hacían vibrar como las cuerdas del violín de tu música. Me acuerdo de la canción del Gorrión de París:
Albert Camus
—Mi querido amigo, lo que más me duele es no haber podido ir a España a pelear y morir por la República. Pero esta puta tisis me dejó clavado en París —le decía
Las Torres-Miradores de Cádiz: centinelas del mar
Desde tiempos remotos, dado el escaso espacio del que disponían los ciudadanos para su esparcimiento, a causa de la angostura del trazado urbano de un Cádiz cercado por las murallas defensivas, las azoteas